miércoles, 12 de mayo de 2010

Sabiendo ser antónimamente


Empezando a ser un poco más aquello que no soy o cómo dar vida a mi yo antónimo.

Voy a empezar a ser más de Colacao que de Nesquick. A ser un poco más de del Barça que del Madrid. Voy a ser más de Calippo de lima que de fresa. De fruta más que de carne. También, voy a empezar a ser un poco más de cena en restaurantes que de bocadillos Bimbo con Nocilla. Un poco más de polín que de caramelos PEZ. Un poco más de cine que de Aquarium. Déjame también que sea un poco más garrulo. Un poco más capullo. Un poco más de piropo que de metáfora. Ser un poco más estándar.

Voy a ser un poco más de conducir que de que me lleven. Un poco más de hacer que de pedir. Voy a ser un poco más de manipular que de persuadir. Sí, un poco más de mentir. También un poco más malo. Si puedo serlo... Pero, sobre todo, permíteme que sea un poco más de saber irme y no de que me echen.

Sigamos. ¿Por qué no ser un poco más, todavía? Un poco más de gimnasio, de moreno, de gomina, de extrovertido, de Ibiza, de botellón, de HMYV, de playa, de bambas, de esquíar, de tejanos, de llamar por teléfono, de fanático, de patriota, de supersticioso, de palabras bonitas… Un poco más de lo que el mercado demanda. Un poco más de prostitución emocional. Un poco más de Panini. De stick-stack. Un poco más de Tilllate, de Icanteachyou, de books domésticos. Voy a empezar a ser un poco más, el resultado más repetido.

Finalmente, voy a ser un poco más de acción que de pensamiento. Un poco más de conrazón que de corazón. Un poco más de mandarte a la mierda que de esperar tu enmienda. También, un poco mejor lector. De pasar página cuando termine termine de leerla y no de cuando ella termine conmigo. Un poco más de acabar con el pasado que de que él no haya terminado conmigo aún.

Verás qué genial seré, porque de donde yo vengo, nadie me recuerda.


Al.