viernes, 26 de junio de 2009

Soñando en macedonia


Me gustaría ver el límite en toda esta macedonia de emociones. Poder cantarte todos los sabores. Pero no veo donde acaba el gusto, supongo que para que disfrute con el imaginar.

Me gustaría tener palabras para descubrirte lo que veo. Todavía no existen en ningún diccionario. Tendría que inventarlas pues, para explicar este invento. Palabras tras palabras, para acercarte una realidad que suena indescriptible. Con voz ronca de hablarme de tí. Y las ganas de nunca querer parar.



PD1: La foto no tiene nada que ver pero me permito el frikicapricho
PD2: Hoy es breve, como lo que me queda de examens. Mañana termina todo y empieza algo nuevo.

sábado, 13 de junio de 2009

Mejillas y un tic-tac


Me desconcierta.

Está experimentando conmigo, el tiempo sideral. Unas veces aparece en nanosegundos. Me deja con ganas de ver la repetición desde infinitos ángulos. Un disfrute intenso y tan rápido que si pestañeas te lo pierdes para siempre jamás. Vitamina F, dosis de felicidad, con agradables y subyugadores efectos secundarios. Un fármaco realmente adictivo. Un tic tac extra-revolucionario. Pero cuando termina, me duelen las mejillas. De tanto sonreir. Cojonudamente fantástico. Colocado y feliz.

Otras, sin embargo, aparece como un desierto temporal. Una extensión XXL de kilosegundos en procesión. Largo como un transporte transcontinental. Grande como un espacio ultradimensionado. Latifundi tempo-sideral. Quizás, cuando ella no está, el tiempo celebra su propio carnaval. En el que los días se disfrazan de meses y no paran de bailar a mi alrededor. Les digo: que yo no bailo, gracias. Que no me gusta este carnaval, que desespera en potencia. Que soy adicto a mis nanosegundos. Y fiel a mi camella.

Me gusta el tic-tac hiper-revolucionario. Que le quiten las pilas al reloj. Las agujetas en mejillas. Me gusta tonificarlas con ejercicio periódico. También echarlo en falta, pero no durante demasiado. No me seduce sobre-padecer por mono.

Entrenar para estas F(efe)-olimpiadas. Saborear la plusmarca. Oro en felicidad.

viernes, 5 de junio de 2009

Antología de un vaso de cristal

Regué gota a gota el vaso en el que ahora me ahogo. O quizás, mi borrachera de sangría de intenciones.

Coseché una caravana de conocimiento. Mitigué incongruencias adheridas en mi qué hacer, en mi qué pensar y en mi qué mirar. Me revisé para volver a hacerme. Y ahora lo se. Me quiero hacer como me deshago y no como me hice:

Que una brisa no sucediera en un ciclón. Que mis castillos no parecieran de naipes. Bonitos, altos, de fina arquitectura, milimétricamente bellos pero frágiles con cualquier movimiento. Que la probabilidad no se infravalorase. Que no sufra ahora de destrozos y daños materiales. Que me recupere de lo improvable. Afección cardíaca, por hiper-revolución de marcapasos, por exceso de una desfibrilación bañada de vehemencia.

Que tan sorprendente e intensa es la consecución de lo improvable como la no-consecución de lo provable. Y sucedió. Tú consecuente. Que tú consecuencia. Y que yo sin prevención de riesgos.

Transparente, para no esconder mi contenido. Un vaso, pero, con agujero en el cristal. Un vaso que no se sabrá llenar.